lunes, 24 de diciembre de 2012

Incombustibles


 Aunque el personaje se haya convertido en la caricatura de sí mismo, no cabe duda de que el pensamiento de José María Aznar está orientando la línea ideológica -muy ideológica- seguida por el gobierno de Mariano Rajoy. En muchos casos con la coartada de la austeridad y en otros sin ella, el PP está pasando el Estado social por el pasapuré de los principios neoliberales más extremos, que vienen a ser los del “tea party”

.El programa que está aplicando Rajoy no es otro que el inspirado por la  FAES, la fundación aznariana beligerante contra todo lo público menos contra las subvenciones que ella misma recibe del erario. Y no solo Rajoy: Ya es casualidad que el consejero que está privatizando, y de qué forma, la Sanidad madrileña, Javier Fernandez-Lasquetty, fuera en su día secretario general de ese laboratorio de ideas del PP.


Juan Vicente Herrera y Javier León de la Riva
Pero hay una cosa en la que Aznar ha tenido nulo predicamento entre sus correligionarios: la autolimitación a dos mandatos en el ejercicio de un cargo público. Su ejemplo ha sido ignorado olímpicamente dentro del PP. En Castilla y León tenemos ejemplos para dar y tomar, comenzando por el del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, quién lleva ya casi 12 años en el colegio de la Asunción y completará 14 si agota la actual Legislatura.

Curiosamente, el record de permanencia en un mismo cargo electo lo ostenta un aznarista recalcitrante, Javier León de la Riva, alcalde desde 1995, quién además acaba de prevenirnos de que se ve con ánimo para volver a presentarse a las elecciones municipales de 2015.
Otro significado aznarista vallisoletano, Miguel Ángel Cortés, lleva encabezando la candidatura del PP al Congreso de los Diputados desde 1989. Cortés no ha dicho nada porque, al contrario que el alcalde, se pasa legislaturas sin decir nada y solo aparece por Valladolid durante la campaña electoral correspondiente. Pero si León de la Riva, con 67 años cumplidos, se plantea seguir siendo alcalde nada menos que hasta 2019, nada hace presagiar que el decano de los diputados del PP por Castilla y León tenga la menor intención de dejar el momio.


Tomás Villanueva y Miguel Angel Cortés
 Durante mucho tiempo se tuvo a Rodolfo Martín Villa como prototipo de político incombustible que no se había bajado del coche oficial desde sus tiempos jóvenes, en su caso concreto desde que fuera nombrado jefe nacional del SEU, el sindicato universitario del franquismo, allá por 1962. Sin embargo, Martín Villa no encadenó más de 25 años ininterrumpidos ocupando cargos oficiales, ya que, después de pegar la espantada en las elecciones autonómicas de 1987, se retiró temporalmente de la política. Y ese record, el de los 25 años, ya lo han superado, en algunos casos largamente, más de una veintena de políticos de Castilla y León.

  Y ni  León de la Riva, que ocupó su primer cargo (consejero de la Junta con José María Aznar) en 1987, ni Miguel Ángel Cortés, que se inició como concejal en 1983, son los que llevan más tiempo en activo. Jesús Posada, el actual presidente del Congreso, suma ya 11 trienios pisando moqueta oficial, exactamente desde 1979, año en el que fue nombrado gobernador civil de Huelva. De la misma "quinta" es el polémico Juan Morano, ahora en el grupo mixto del Senado, mientras Juan José Lucas estrena cargo público en1980.

 En 1983 se incorporaron a la nómina Juan Carlos Aparicio, Mario Amilivia, Alberto Gutiérrez Alberca y Ramiro Ruiz Medrano -al que no computo sus primeros cuatro años de concejal de su pueblo- y en 1987 empiezan su carrera política, entre otros, José Manuel Fernández Santiago, Tomás Burgos, José Antonio de Santiago (más tarde De Santiago-Juárez), Julián Lanzarote, María Jesús Ruíz y Luis Aznar, este último entonces secretario regional del CDS. Y excluyo de la lista a los que han tenido algún periodo de carencia, como Santiago López Valdivielso, Dionisio García Carnero y Juan Carlos Sacristán.

Jesús Caldera y José Luis Rodriguez Zapatero
 No obstante, el record de longevidad entre los políticos de Castilla y León no recae en ninguno del PP. Esa marca la ostenta el socialista Juan José Laborda, quién después de 31 años ininterrumpidos en el Senado (1977-2008), dejó la Cámara Alta para ser nombrado miembro del Consejo de Estado. Alta institución ésta a la que se ha incorporado, tras salir de La Moncloa,  José Luis Rodríguez Zapatero, diputado del Congreso entre 1986 y 2011.

De la cosecha socialista de octubre de 1982 es Jesús Caldera, diputado por Salamanca, legislatura tras legistura, desde entonces, y otro incombustible es el actual vicepresidente segundo de las Cortes, Julián Simón de la Torre, parlamentario, bien en Valladolid o Madrid, desde 1983. También han superado los 25 años en activo el ex alcalde de Palencia, Heliodoro Gallego, quién ya era senador en 1986; los ahora consejeros del Consultivo, Ángel Velasco, y de Cuentas, Emilio Melero, y el propio secretario autonómico del PSOE, Julio Villarrubia, estos tres últimos iniciados en la política munícipal en 1987.

 Luego está el caso de la Junta, donde 25 años de gobierno del PP dan para otros records. El de mayor tiempo de alto cargo lo ostenta Tomás Villanueva, consejero desde 1995, ex aequo con el director general de Carreteras, Luis Alberto Solís, quién no se ha movido del puesto desde el mismo año. Un cuarto de siglo de permanencia en el poder da de sí lo suficiente como para que tomen el relevo en la nómina de altos cargos vástagos de otros que lo fueron antaño. Que yo conozca, ahora mismo hay tres, uno de los cuales, el director general de Turismo, Javier Ramirez, ocupa además el mismo cargo que desempeñó su padre. Ya me dirán si no es prodigioso.