viernes, 4 de enero de 2013

El balance que Herrera no ha querido hacer

En vista de que la Junta no ha tenido a bien realizar un balance de lo que ha deparado a Castilla y León el primer año de gobierno de Mariano Rajoy, heme aquí ante la penosa tarea de suplir dicha omisión, tarea en la que, todo hay que decirlo, tampoco se ha esforzado demasiado la oposición.


Juan Vicente Herrera y Cristobal Montoro
Nos habían vendido Juan Vicente Herrera y los suyos que, tan pronto como Zapatero fuera desalojado de la Moncloa, el nuevo gobierno subsanaría las discriminaciones y agravios de todo tipo sufridas por esta comunidad autónoma durante los ocho años de oprobio socialista. Y la verdad es que el desengaño no tardó en llegar. Los chascos comenzaron desde el primer Consejo de Ministros, que inició la oleada de recortes, eliminando de los Presupuestos Generales del Estado 325 millones destinados a Castilla y León (175 correspondientes al Plan Miner y 150 asignados al Plan de Convergencia Interior). No era lo que se dice empezar con el mejor pie.

 Pronto quedó claro que lo de recuperar los 724 millones de euros de financiación autonómica que, según la Junta, nos había escamoteado el gobierno Zapatero, no iba a ser coser y cantar. Mucha confianza en ello tampoco debía tener el gobierno Herrera cuando no retiró el recurso presentado al respecto en el Tribunal Constitucional. Si era de justicia que el ministerio de Hacienda atendiera esa reclamación, lo suyo habría sido retirar el recurso y confiar en que el ministro Cristóbal Montoro reconociera la deuda y se comprometiera a saldarla. Pues no. Ahí está el recurso a la espera de que algún día, a saber cuando, se pronuncie el Constitucional. Y los 724 millones en el limbo.


José Manuel Soria
 Mientras tanto, lo que sí hicieron Montoro y sus compañeros de gobierno fue seguir metiendo la tijera en los fondos destinados a ésta y a otras comunidades autónomas. Entre otros muchos recortes, se redujo la partida destinada a financiar la Ley de Dependencia, se suprimió la subvención que mantenía a los 114 orientadores laborales del ECYL (objeto ahora de un ERE extintivo presentado por la Junta), se suprimieron los programas de apoyo al empleo local, y, para completar la faena del Plan Miner, el ministerio de Industria redujo en un 63 % las ayudas al carbón, colocando a la minería en una situación límite.

 La displicencia con la que viene actuando el ministro de Industria, José Manuel Soria, respecto a Castilla y León y su gobierno no tiene precedentes. No se recuerda a otro ministro que haya adoptado tantas medidas lesivas para esta comunidad y ello con absoluto desdén hacia los damnificados. Además de asestar un golpe casi letal a las comarcas mineras y provocar el cierre anticipado de la central nuclear de Garoña, su apoyo a nuestro sector turístico va a consistir en el cierre temporal de los Paradores de Puebla de Sanabria, Cervera de Pisuerga y Villafranca del Bierzo. Y todavía hay que agradecerle que se hayan salvado de ese cierre los de Gredos, Tordesillas y Benavente.

Arias Cañete, a caballo por Ávila
 Pero Soria no es el único ministro del gobierno del PP con el que la Junta ha tenido serios encontronazos. Tuvo uno, y muy serio, con el citado Montoro en el Consejo de Política Fiscal y Financiera a propósito del techo de déficit fijado a las comunidades autónomas para 2013, y no hay forma de resolver el contencioso con Miguel Arias Cañete en torno a la regulación del ibérico. Tampoco el ministro de Educación, el polémico José Ignacio Wert, se ha mostrado nada sensible hacia la posición de la Junta sobre el Archivo de Salamanca, autorizando sin ninguna objeción nuevos traslados de fondos hacia Cataluña.

Ni siquiera la zamorana Ana Pastor ha proporcionado alguna alegría. De las autovías Valladolid-León y Valladolid-Soria, por las que tanto venía clamando la Junta, nunca mas se supo, y a lo único que se compromete la ministra de Fomento es a agilizar las obras del tramo Benavente-Zamora, los únicos kilómetros que faltan por desdoblar en toda la Ruta de la Plata, desde Gijón aSevilla. Por el contrario, la supresión de trenes regionales y de cercanías va a dejar en vía muerta a decenas de localidades de Castilla y León. Y veremos a ver que ocurre con los cuatro aeropuertos de la comunidad.

 A la vista de todo lo cual, y con 28.784 nuevos parados en Castilla y León en los últimos 12 meses, se entiende perfectamente que Juan Vicente Herrera haya preferido mirar para otro y no realizar balance alguno sobre el primer año de gobierno de Mariano Rajoy.