lunes, 19 de junio de 2017

Sánchez impone y premia lealtades

En el fragor de las primarias se abrió paso la idea de que la fractura en el seno del PSOE era irreversible, se aseguraba que Susana Díaz y Pedro Sánchez encarnaban modelos irreconciliables y que, fuera cual fuera el resultado, el bando perdedor acabaría protagonizando una escisión. Nunca sabremos si tal augurio se hubiera cumplido si la ganadora hubiera sido Susana Díaz, pero lo cierto es que el 39 congreso del PSOE ha restituido a Pedro Sánchez sin ningún viso de que esos apocalípticos presagios se vayan a cumplir.


El hecho de que cerca del 30 por ciento de los delegados no haya respaldado a los nuevos órganos federales indica que no se ha producido el impostado cierre de filas con el que tan a menudo los partidos políticos escenifican la superación de sus contiendas fratícidas. Pero ni el grado de virulencia alcanzada permitía tan pronta reconciliación, ni Sánchez ha hecho el menor esfuerzo por integrar al bando susanista. Desde el primer momento apostó por una Ejecutiva de su plena confianza y sin barones territoriales, huyendo deliberadamente de la clásica integración al uso, limitada en este caso a la figura de Patxi López, el hijo prodigo que jugó el papel de "casco azul" en la confrontación a tres.
Óscar Puente
 Con esas premisas, el 70,5 por ciento de respaldo entre los delegados constituye sin duda un plus de legitimidad para Sánchez, quien se alzó vencedor de las primarias con el apoyo del 50,2 por ciento de la militancia. Y es de toda lógica que quienes no se sienten representados en esa Ejecutiva Federal "monocolor" hayan optado por el voto en blanco. Tan cierto es que las  heridas están muy recientes como que, decretado el cese de las hostilidades,  el restituido secretario general dispone de manos libres para pilotar ese nuevo rumbo que pretende imprimir al partido. 

Y en esa nueva Ejecutiva Federal, ampliada a 49 miembros, tienen presencia cinco socialistas de Castilla y León, una cuota claramente por encima de lo que representa la militancia de la comunidad en el conjunto del partido. Especialmente relevante es el nombramiento del alcalde de Valladolid, Óscar Puente, como Portavoz de la Ejecutiva, lo que, al tiempo que le sitúa en el núcleo duro de Ferraz, impulsa la proyección mediática ya adquirida y le convierte de hecho en el máximo referente nacional de los socialistas de Castilla y León. Todo ello sin que tenga -ni a corto ni a medio plazo- la menor intención de dar el salto pleno a la política nacional, ya que anuncia que piensa optar de nuevo a la Alcaldía no solo en 2019 sino también en 2023. La alternancia de ambos cargos, alcalde y portavoz federal el partido, constituye una novedad sin precedentes cuyo resultado el tiempo se encargará de evaluar.

Junto a Puente debutan  en la Ejecutiva otros dos puntales de Sánchez en la comunidad: la diputada palentina Mari Luz Martín Seijo, secretaria ejecutiva de Universidades y Educación, y el secretario provincial del PSOE en Valladolid, Javier Izquierdo, que se ocupará de la secretaría ejecutiva de Formación. ambos de inquebrantable fidelidad a Sánchez. El de Martín Seijo fué el único “no” socialista que se alzó en el Congreso de los Diputados contra la investidura de Mariano Rajoy, E Izquierdo, que no figuraba en las quinielas, ha sido uno de los escasos secretarios provinciales que en las primarias hizo campaña abierta a favor del ya otra vez secretario general.

Izquierdo, Puente, Seijo, Tudanca, Iratxe y García del Blanco
Además de incorporar a Puente, Martín Seijo e Izquierdo, Sánchez ha repescado a los dos castellano-leoneses que cayeron con él en la Ejecutiva derrocada en el borrascoso Comité Federal del 1 de octubre. La eurodiputada Iratxe García vuelve como secretaria ejecutiva responsable de la Unión Europea, quedando por ver si recupera la presidencia de los eurodiputados socialistas españoles, a la que renunció tras el nombramiento de la gestora. El otro repescado es el leonés Ibán García del Blanco, secretario de Cultura -y posteriormente, también de Movimientos Sociales- en la anterior Ejecutiva. García del Blanco, quien en enero había anunciado su retirada de la política activa, reapareció tan pronto como Sánchez activó su candidatura a las primarias. Su regreso a la Ejecutiva le convierte en eventual candidato a suceder a Óscar López como senador por la comunidad autónoma, escaño que ya ocupó entre 2012 y 2014.

Presencias en la Ejecutiva al margen, quien sale muy fortalecido del Congreso Federal es el secretario autonómico, Luis Tudanca, quien, a propuesta de Sánchez, ha ejercido como presidente del cónclave socialista. Ello ha supuesto todo un espaldarazo público del nuevo secretario general a uno de los pocos barones territoriales que, aunque haya sido de tapadillo, le ha sido leal durante todo el proceso. Del simbolismo que conlleva presidir un congreso da idea el hecho de que en el de 2014 recayera dicho papel en Susana Díaz, la secretaria general de la federación socialista más numerosa.

Tudanca durante la apertura del Congreso
Tudanca regresa además de dicho cónclave virtualmente reelegido al frente del PSOE de Castilla y León, ya que el plazo establecido para presentarse a las primarias previas al congreso autonómico concluye hoy sin que  haya concurridoo ningún otro precandidato. Tan solo tendrá que tomarse la molestia de recoger los preceptivos avales (el 10 por ciento de los 9.629 militantes socialistas), presentarlos y esperar su proclamación el próximo 1 de de julio. A diferencia de lo ocurrido en 2014, cuando tuvo que disputar unas primarias a cara de perro con Julio Villarrubia, Tudanca repite en el cargo sin necesidad de medirse a ningún candidato. Derrotado en ocho de las nueve provincias, el susanismo se ha batido completamente en retirada.

Así las cosas, el congreso autonómico del PSOE, a celebrar a mediados de julio en Zamora, se presenta exento de mayores tensiones internas. Lo previsible es que Tudanca, a semejanza de Sánchez, opte por formar una nueva Ejecutiva de su total confianza que le garantice la cohesión que no ha tenido la actual. Ello conllevará una amplia renovación que obviamente empezará por la presidencia ostentada desde el anterior congreso por la diputada vallisoletana Soraya Rodríguez.

Con el horizonte fijado en las elecciones de 2019, es muy posible que tras el congreso autonómico se aborde algún reajuste interno en la dirección del grupo parlamentario de las Cortes. Y desde luego se despejará, si no se hace antes, la incógnita sobre el escaño de Óscar López, cuya continuidad está abiertamente cuestionada. “No debe seguir como senador autonómico porque lleva ya bastante tiempo fuera del proyecto de Castilla y León y tampoco está en el de Pedro Sánchez”. Así de claro se manifestaba hace unos días Óscar Puente, el ahora flamante Portavoz de la Ejecutiva Federal. 

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