miércoles, 28 de febrero de 2018

Como desembarazarse de Herrera y que parezca un accidente

  “Lo que faltaba: Con toda la que nos está cayendo, encima ahora se nos rebelan los yayos”. La alarma se ha desatado en el PP -desde la cúpula de Génova hasta la última sede del partido- al ver que los sufridos pensionistas, paradigma de la resignación, también se han echado a la calle para reclamar lo suyo. Lo suyo es que sus pensiones, muchas de ellas bordeando la miseria, siguen devaluándose a causa de esa ínfima subida del 0,25 por ciento que mantiene -al tiempo que presume de recuperación económica- el gobierno de Mariano Rajoy.


Manifestación de pensionistas en Valladolid
 La paciencia tiene un límite y el de los pensionistas, que siguen arrastrando el copago farmacéutico, también ha tocado fondo. No parecen dispuestos a seguir dejándose meter la mano en la cartera, y menos aún a soportar que la ministra Fátima Báñez -que se ha gastado un pastón en remitirles una carta para comunicarles unas “astronómicas” subidas que suelen oscilar entre 1 y 2,5 euros mensuales- les considere poco menos que como privilegiados. O aguantando las necedades de la presidenta de la Comisión del “Pacto de Toledo”, la inefable Celia Villalobos, quien a sus actuales 68 años amenaza con no jubilarse hasta los 80, camino de lo cual van otros diputados o senadores del PP, caso de los insignes sorianos Juan José Lucas (73) y Jesús Posada (72).

 La alarma del PP no es para menos. Según todos los sondeos, los populares tienen su principal caladero electoral entre los mayores de 65 años. De hecho, el último barómetro del CIS constató que el 43,4 por ciento de los encuestados en esa franja de edad votaron al PP en las últimas elecciones generales. Y esta “rebelión de los yayos” se produce justo cuando el partido gubernamental atraviesa su momento más crítico desde su refundación en el año 1989.

El pifostio catalán sigue sin encauzarse, Ciudadanos le pisa los talones en las encuestas, si es que no va por delante, al Gobierno se le abren frentes por todos los flancos y el PP, ya sea por acción o por omisión, se ve continuamente desbordado. A pocos días del paro feminista del 8 de marzo, chirría más que la música bacalao ese “No nos metamos en eso” con el que contestó Rajoy  cuando Carlos Alsina le planteó la posibilidad de arbitrar medidas encaminadas a combatir la brecha salarial que discrimina a las trabajadoras españolas. Y encima va la archipresente ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, y no tiene otra ocurrencia que invitar a las mujeres españolas a hacer “huelga a la japonesa”, sin enterarse de que esa supuesta modalidad nipona es una leyenda urbana completamente irreal.

Juan Vicente Herrera y Luis Fuentes
 Por lo demás, la estrategia nacional del PP de arremeter sin ton ni son contra Ciudadanos resulta especialmente contraproducente en una comunidad autónoma en la que los populares gobiernan la Junta, los ayuntamientos de 5 capitales de provincia y una Diputación por deferencia del partido naranja. 
Ver al secretario primero de la Mesa del Senado, el leonés que fuera secretario regional del CDS antes de pasarse con armas y bagajes al PP, Luis Aznar, deslizar acusaciones de financiación irregular contra el partido de Albert Rivera es lo de los pájaros disparando a las escopetas.

 Esa obsequiosidad que ha venido manteniendo Ciudadanos hacia el PP en Castilla y León no significa en absoluto que esté en su mano el posible relevo de Juan Vicente Herrera en la presidencia de la Junta antes de concluir la actual Legislatura. Ese pisto que se anda tirando la “banda de los cuatro” (Fuentes/Yáñez/González/Vicente) no se compadece con la realidad. Ciudadanos no tiene en exclusiva esa llave, ya que, si se cerrara a facilitar con su voto la eventual investidura de Alfonso Fernández Mañueco, el procurador leonesista Luis Mariano Santos Reyero estaría encantado de poner precio a su abstención. Y bien lo sabe dicho cuarteto, que sigue segregando los jugos de Paulov ante el festín que piensa darse en 2019, confíando no tener que compartirlo con el diputado vallisoletano Francisco Igea, quien por cierto algo estará haciendo bien para estar merecer las invectivas de determinado periodismo justiciero, rancio y sesgado hasta decir basta.

 En el PP de Castilla y León, donde alrededor de Fernández Mañueco también se ha configurado otra “banda de los cuatro” (ésta enteramente masculina), cunde creciente temor ante la posible fuga de militantes en busca hacia la nueva tierra prometida de la formación naranja. El propio secretario autonómico del partido, Francisco Vázquez, ha dado pábulo a dicho temor al acusar a Ciudadanos de “ir quitando candidatos a otros”. El reguero de descontentos que han dejado los últimos congresos provinciales del PP -en alguna provincia, como Soria, más que un reguero,  un torrente- constituye todo un caldo de cultivo al respecto.

Silvia Clemente, Alfonso Fdez. Mañueco y FranciscoVázquez
 En esta tesitura, el relevo en el Colegio de la Asunción se hace cada vez más imprescindible para Fernández Mañueco. Pero de momento Herrera sigue sin estar por la labor. Como ya ha comentado “El topillo”, el nombramiento de Fernando Bécker o de García Tejerina para cubrir la vacante que deja Luis De Guindos proporcionaría una salida airosa al todavía presidente de la Junta, pero sigue quedando el cabo suelto de un  aforamiento al que Herrera por nada del mundo quiere renunciar.

 Y en estas seguimos, con un presidente “pato cojo” al frente de un“gobierno zombi”, el día en que se conmemora el 35 aniversario del Estatuto de Castilla y León. Un presidente y un gobierno que, tras recuperar algo de resuello con la cumbre autonómica de León y el agradecido oxígeno suministrado por los agentes del “diálogo social”, se empeña en seguir metiéndose en charcos como el de apostar por las “macrogranjas” ganaderas. Otro flagrante atentado contra el desarrollo sostenible que se suma a los devastadores efectos sociales y ecológicos derivados de otra temeraria (por decirlo, amablemente) apuesta del gobierno Herrera que es la macroexplotación de uranio a cielo abierto en la provincia de Salamanca y otros proyectos mineros no menos indeseables, como los que amenazan con degradar la sierra abulense.

 Todo ello mientras sigue latente, y lo que te rondaré, el conflicto de la Sanidad, no están ni se esperan soluciones de ningún tipo al lacerante problema de la despoblación y cuando los “mapas rurales” de la Ordenación del Territorio delineados desde la Consejería de la Presidencia están condenados a un fracaso irremisible.La Ordenación del Territorio es muy importante, pero también digo que es muy importante trabajar en lo más inmediato, que es potenciar al máximo todas las líneas de creación de empleo que frenan la despoblación”, declaraba este domingo la presidenta de las Cortes, Silvia Clemente. Todo un baño de realismo por parte de quien, no se olvide, tiene el encargo del presidente autonómico del PP de elaborar el programa electoral del partido para las próximas elecciones autonómicas.

 ¿Logrará el PP de Mañueco desembarazarse de Herrera y que ello parezca un accidente? En ello está, pero queda por ver que lo consiga..


elblogdepedrovicente@gmail.com  26 Febrero 2018